Si piensas en la cantidad de movimientos que haces en un día puede que creas que estas ante un simple montón de flujo de actividad motora. Pero en realidad utilizas decenas de secuencias de movimientos totalmente coordinados que has ido aprendiendo a lo largo de los años. Toda esta planificación, organización y ejecución de los movimientos puedes realizarlas gracias a tu Sistema Práxico. ¿Vamos a ello?
Bueno, ahora que ya hemos roto el hielo con la publicación anterior es hora de que nos conozcamos un poco más. No quiero aburrirte con preguntas típicas del estilo ¿cuántos años tienes? ¿De dónde eres? O ¿eres más de perro o gato? (no te preocupes si no puedes decantarte por uno u otro, puedes elegir ambas opciones, hay amor para todos).
Así que para salir de lo convencional he elegido una pregunta para conocer algunos de esos puntos buenos que siempre alaba tu abuela.
«aquí iba a insertar una encuesta multimedia muy chula, pero los *#@+@# de wordpress me hacen pagar por los plugins necesarios y todavía no estoy ganando tanto dinero. Pero si quieres ver lo chula que me había quedado, pulsa aqui«
«Si eres demasiado vago como para hacer ese click, no te preocupes que te pongo las opciones ahora en un texto sencillito»
¿Cómo de bien dirías que te lavas los dientes?
- a) Soy un fenómeno en el movimiento del cepillo
- b) Bueno a ver, a veces se me cae un poco la babilla que se forma, pero eso nos pasa a todos, ¿no?
- c) Yo de eso no uso, soy más de chicles
Si la respuesta que has escogido ha sido la a, sólo puedo decirte que me alegro de que tengamos tantas cosas en común. Y no, no me refiero a que ambos sepamos usar el cepillo de dientes y lo usemos – que también -, sino que al parecer ambos tenemos nuestro sistema práxico a pleno rendimiento.

Aquellos que han marcado la b, también tenéis un sistema práxico bastante bueno, pero hay que mejorar algunas funciones motoras. Los de la c… ¡ya hablaremos!
¿Qué es eso del sistema práxico?:
Antes de ponerme técnica y explicarte que es una Praxia (y de paso presentaros a mi búho Luri, el maravilloso invitado estrella que te presentará todos los datos científicos específicamente diseñado por los duendecillos que hacen la tecnología punta de este blog), es importante que mencione unas cuantas cosas sobre los movimientos.
Para empezar, si te pregunto qué necesitas, además de unos buenos músculos, para realizar un movimiento ¿tú que me contestas, teniendo en cuenta de que va este blog? Exacto. Necesitas sistemas cerebrales competentes y a la altura de dicha tarea. Pero además hay otra cosa importante que necesitas y que ocurre antes incluso de que tus músculos (aunque no sean los de Schwarzenegger) se pongan a trabajar. ¿Qué no lo sabes? Pues yo te lo cuento, que para eso estoy aquí.
Lo primero que necesitas es tener la intención de querer realidad un movimiento. Puede que lo que acabo de decir te parezca una obviedad, pero es importante a la hora de diferenciar las praxias de otros movimientos que también realizan nuestros músculos, pero que no son voluntarios (como por ejemplo los reflejos).

Así que a partir de ahora cada vez que leas el término Praxia automáticamente tienes que asociarlo a #intención, #voluntariedad, #fin, #meta, #propósito,… (Y así te sonará mucho más fit y chulo, como si te estuvieras motivando a ti mismo).
Tipos de movimientos y premisas para que se den:
Bien, ahora que ya sabes que este post te ubica dentro de los movimientos voluntarios, vamos a ver qué tipos de movimientos existen y bajo qué condiciones o premisas se pueden realizar.
Hay dos tipos de movimientos: los que podemos hacer usando un objeto, los llamados Movimientos Transitivos, y los que podemos hacer sin que haya ningún objeto de por medio, que sería algo así como gestos simbólicos del tipo saludar con la mano a lo Reina Isabel II, y que atienden al nombre de Intransitivos. Vamos, como los verbos (¿Alguien se acuerda de las clases de lengua y literatura?).
Tanto los movimientos transitivos como los intransitivos los puedes hacer bajo varias premisas diferentes:
- Cuando imitas a alguien:
- Ejemplo transitivo: tienes que seguir los pasos que te marca tu profesor de papiroflexia para conseguir hacer una ranita de papel.
- Ejemplo intransitivo: ¿sabes esas bodas en las que suena “Saturday night” y todos os ponéis a bailar haciendo los pasos del videoclip? Todo imitación intransitiva
- Bajo una orden:
- Ejemplo transitivo: cuando tu madre te manda que friegues los platos antes de que los restos se queden tan resecos que sólo los puedas quitar con cincel y martillo.
- Ejemplo intransitivo: cuando tu madre te manda que le des un beso a esa tía tercera tuya que siempre que te ve te apretuja los mofletes.
- Y por último cuando eres tú mismo el que realiza la acción de forma espontánea. Sin que nadie te lo diga, porque tú solo te bastas y te sobras:
- Ejemplo transitivo: Son las 2 de la madrugada, mañana tienes que trabajar y el capítulo de Netflix se ha terminado. Entonces, como invocado por un poder superior (o eso te dices a ti mismo), tu mano se mueve al ratón y haces click en “siguiente episodio”. (Spoiler alert: No hay un poder superior, ha sido todo cosa tuya).
- Ejemplo intransitivo: cuando sales a correr porque llevas tres operaciones bikini en lo que va de año y esto no hay por dónde cogerlo.
Ahora que tienes claros estos conceptos, ya puedo ponerme en plan profesora repelente y sacar mi búho Luri de paseo.
Se entiende la Praxis (práctica) como el proceso neurológico que permite organizar, planear y ejecutar diferentes movimientos que tienen un propósito, gracias a información que proviene de los sistemas táctiles, visuales, auditivos, vestibulares y de la propiocepción.

Cómo sé que no has venido aquí a leer lo que puedes leer en los libros de texto y que encima te lo van a explicar de una forma mucho más precisa que yo, voy a intentar explicártelo a mi manera para hacer que esa definición sea un poco más entendible.
Digamos que toda acción voluntaria está compuesta por una pre fase y dos fases:
Prefase:
Cuando hablo de prefase me refiero al proceso de reconocimiento, es decir, nuestras amigas las gnosias, que están en todas partes y son muy necesarias para hacer cualquier tipo de cosa (Por eso empecé el blog con ellas, duh!). En esta prefase eres capaz de reconocer un estímulo dentro de un contexto. En el ejemplo del cepillo de dientes puedes saber que después de una comida te tienes que limpiar los dientes para tenerlos sanos y fuertes y sobre todo para no tener mal aliento tras comer sopa de cebolla. Esta prefase no pertenece a las praxias pero evidentemente es necesaria para que luego se puedan dar.
Primera Fase:
La primera fase es posible gracias al sistema conceptual y que aquí vamos a rebautizarlo cómo Sistema del Saber. ¿Qué te ayuda a hacer este sistema? Gracias a que has sido capaz de reconocer un objeto, el cepillo de dientes, te ayuda a crear un plan de acción motor secuenciado con el fin de conseguir tu objetivo en la vida (Bueno, tampoco nos pongamos intensitos, que solo es lavarse los dientes).
Segunda Fase:
La segunda fase sería la que tiene que ver con llevar a cabo el plan de acción motor secuenciado que tienes en tu pizarrita escrito en el sistema conceptual. Esta fase se da gracias al sistema de producción pero aquí vamos a llamarlo Sistema del Hacer.

¡Bienvenidos a Hollywood! Medios que los Sistemas Saber-Hacer necesitan para cumplir sus sueños
Para que puedas planificar el acto de limpiarte los dientes has de tener una idea de que es lo que tienes que hacer, ordenar las acciones necesarias y por último ejecutarlas.
El responsable de esta planificación es tu lóbulo frontal (Te pongo aquí un enlace a la Wikipedia por si quieres leer más sobre el lóbulo frontal).
El cerebro tiene cuatro lóbulos (que ya te explicaré otro día con más detalle, porque hay mucha tela). El que está en la zona más anterior de tu cabeza -es decir, tu frente – es el lóbulo Frontal y el que nos interesa ahora mismo.
El lóbulo Frontal (así voy a titular a esta superproducción) se divide en muchas regiones que tienen diferentes funciones, pero en el caso de la actividad motora las regiones que tienes que conocer son tres.
- La corteza Premotora: Son estructuras donde se programa y planifica la acción, vamos que serían algo así como los directores y los guionistas de la película.
- La corteza Prefrontal: Son los especialistas de las escenas de acción, responsables de seleccionar la estrategia más adecuada para poner en marcha el movimiento en función de la experiencia previa.
- La corteza motora primaria: Responsable del control muscular, podemos decir que serían los actores de la película encargados de darle vida.
Cabe destacar que para hacer cualquier acción por más nimia que parezca intervienen diferentes partes de tu cerebro. Es por ello que todo ha de estar conectado en mayor o en menor medida. En el caso de las tres regiones de las que te acabo de hablar tienen conexión con una serie de núcleos en la base del cerebro llamados Ganglios basales y que están implicados en la producción de la secuencia de los movimientos. Vamos vendrían a ser algo así como el estudio donde se rueda la película. En este estudio hay un almacén donde se guardan todas las secuencias de movimientos que has ido aprendiendo todos estos años, desde freír un huevo frito hasta cómo se anda en bici.

Además de esta función de almacenamiento de secuencias los Ganglios basales también realizan un seguimiento de cada movimiento que forma la secuencia y hacen los ajustes necesarios para que su ejecución sea lo más precisa posible. En el ejemplo de lavarte los dientes, lo que hacen es controlar que cuando mueves el cepillo de arriba abajo lo hagas a la distancia precisa para que no se te salga de la boca. Vamos ese censor tocapelotas que está encima de los directores del film diciendo que se ajusten al presupuesto.
¿Y si no puedo seguir la secuencia? Apraxias:
Aunque dicen que la práctica hace al maestro, hay veces que tras sufrir una lesión cerebral se puede presentar un trastorno que impide llevar a acabos secuencias de movimientos aprendidas previamente que atiendan a un propósito. A este trastorno se le conoce como Apraxia. Ni la percepción de los pacientes funciona de forma errónea (sus gnosias no tienen ningún problema), ni sufren ningún tipo de parálisis o impedimento motor en sus extremidades.
En función de si afectan al sistema del Saber o al Sistema del hacer, podemos clasificar las apraxias en dos grandes grupos:
Si lo que se tiene afectado es la secuencia necesaria para llevar a cabo un plan motor nos encontramos frente a lo que se conoce como Apraxia Ideatoria, donde los pacientes no serán capaces de seguir la secuencia de limpiarse los dientes de manera ordenada.
Si por el contrario el problema se presenta a la hora de realizar el acto motor, nos encontramos ante lo que se conoce como Apraxia ideomotora. En este caso los pacientes tienen claro lo que quieren hacer y cuál es la estrategia de pasos que quieren seguir para conseguirlo, pero fallan en el control de las acciones para poder realizarlo. Por extraño que parezca los pacientes con Apraxia Ideomotora no puedan limpiarse bajo una premisa de imitación o bajo orden verbal, pero puedan hacerlo de forma espontánea.
El mundo de las apraxias es mucho más complejo que lo que muestro aquí, pero sólo quería darte una pequeña introducción para detallarlo en entradas posteriores. Para que veas la cantidad de tipos de apraxias que existen te dejo un cuadro resumen aquí abajo.
Y ahora háblame un poco más de ti. ¿Qué más praxi-habilidades tienes? ¿Dominas el arte de atarte los cordones? ¿Marcas los números de teléfono que da gusto verte o esa ya la has perdido desde que instalaste whatsapp?